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miércoles, 17 de septiembre de 2014

Lloraban.

  Y lloraban los astros
  al verte amanecer,
  pues no había
  criatura más bella
  en todo el universo.

  Y lloraban las nubes
  al escucharte hacer magia,
  pues no había
  mejor músico
  en el mundo.

  Y lloraba el mundo
  al tu poesía contemplar,
  al tus ojos vislumbrar.

  Y lloraba yo
  por no poder tenerte;
  y llorabas tú
  por tener que perderte.

  Y así lloraba
  el mundo a tu vera,
  esperando una sonrisa sincera,
  que le iluminara
  y le diera calor.

  Y así se congeló
  y murió,
  al no tener tu sonrisa,
  al no tener tu luz,
  al no tener tu amor.
 
  Y así, el mundo murió,
  por no tenerte;
  por no poder soportar
  el dolor de tu muerte.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Mi héroe de capa rota.

  ¿Desde cuando los recuerdos tienen cuchillas?
  ¿O son las cuchillas las que poseen a los recuerdos?
  ¿Quién es el atacante? ¿Qué es el arma?
  ¿Y es normal vivir así? ¿Es normal vivir con miedo, con rechazo?
  ¿Y es normal sentir tanto asco? ¿Tanto odio y frustración? ¿Sentirse tan perdida, y ahogarse entre las dudas de una mente que te absorbe...?
  La verdad que es ya nada importa. ¿Qué más da? Si pase lo que pase voy a seguir igual. Si estoy tan acostumbrada a ser así que ya no sé ser de otra manera.
  Héroes... héroes... héroes... a la mierda los héroes. ¿Dónde estáis, eh? ¿Dónde coño estáis? Porque no os veo. ¿Os habéis perdido? ¿O es que a vosotros también os doy igual? Sí, será eso. Soy tan invisible que si me quedara callada el tiempo suficiente dejaría de existir. Pues mira, igual lo hago. Y que os den.
  Estoy harta de promesas. Estoy harta de luchar. Estoy harta de caer y subir y sentir que es una ilusión. Estoy harta de vosotros, y de mí. Estoy harta de la incertidumbre. Estoy harta de héroes de capa rota que nunca vienen a salvarme.
  Así que, en fin, seguiré así.
  Tal vez mejore o tal vez empeore.
  Tal vez vea todo distinto o tal vez vuelva a caer en las garras del pasado.
  No lo sé.
  Tan solo sé que no quiero pasar más frío por culpa de una capa rota.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Oh, mi amor.

  Vuelvo esta noche a serte fiel, como tantas otras pasadas, y tantas otras futuras.
  Vuelvo esta noche a ser fiel a la melancolía, a la dulce y amarga tranquilidad del dolor. Pues es un dolor un tanto especial, para que nos vamos a engañar.
  Es ese dolor que está pero no está, que su ausencia no olvidas, que su presencia no ignoras, mas no lo rechazas, si no que lo abrazas, pues es tu único compañero en la noche.
  Es ese tipo de dolor que te regala el corazón cuando sabe que algo que ama estará siempre ahí, pero que nunca podrá tenerlo de la forma en que él desea.
  Es esa especie de dolor resignado, que ya no te molestas por apagar; que tan solo disfrutas, como lo haces de una noche de soledad, o de una canción triste, o de un recuerdo feliz que te desgarra el alma.
  Que te genera cientos de preguntas fugaces.
  Y piensas. Oh, piensas tantas cosas... tantas cosas que no deberían acercarse a tu mente... y oh, cariño, dime, ¿cuándo nuestras palabras se tornaron tan frías? ¿Cuando las miradas perdieron su fuerza, su significado? ¿Y qué queda ahora? Tan solo cenizas, recuerdos confusos. Tan solo un dolor todavía latente en nuestras almas... en mi alma... pues la tuya ya no está a mi lado, ya no sé que sucede en ella. Ya no puedo disfrutar de su abrazo ni su protección, ni puedo regalarle todo mi amor, un amor que se transforma en clavos en mi interior al no encontrar salida, un amor no correspondido que me atraviesa de dentro afuera y me mata mientras nadie se percata...
  Y oh, mi amor, ¿volverás esta noche a por mí? ¿Volverás abrazarme, a besarme? ¿O estaré sola una noche más, con este dolor que no se va, con este dolor que no vuelve?
  Y oh, mi amor, ¿me estás escuchando? ¿Estás ahí? ¿Ya no te acuerdas de mí...? Te has ido, ya no estás, me has dejado sola como a un perro abandonado, esperando tu regreso, con la falsa esperanza de que todavía me quieres...
  Oh, mi amor...